Aún a riesgo de decapitación por parte de la Crew, lapidamiento por la mayoría de asíduos al blog y tortura eterna por parte de Chulhu, espero que a alguien le haga gracia el disco, voy a tomar la opción más descabellada de mi vida, hoy voy a comentar el nuevo disco de Linkin Park. Si todavía queda alguien en la sala vamos a continuar. Puede que esto eche por tierra la poca reputación que me queda en esto del "buen criterio musical", pero tengo que admitirlo, desde los días de Hybrid Theory, momentazo estelar cuando los vi en Barcelona con la gira de ese disco, que me enganché a ellos sin reservas y siempre los he seguido de cerca.
Tanto el Meteora como el nombrado Hybrid Theory son superventas indiscutibles, para algunos el final del mejor momento que vivió el nu-metal, y para muchos otros, un nuevo resurgimiento del estilo destinado a convertirse en una nueva critaura mucho más accesible y comercial. Testigos incondicionales de una época en la que todo valía y ellos supieron sacarle muy buen partido a la situación.
Y llegamos al 2012 intenando buscar ese equilibrio perfecto entre la melosidad y la grandilocuencia del A Thousand Suns y la cuidada inmediatez del Minutes. Aunque esta vez con un objetivo muy concreto, volver a recuperar la garra, la fuerza y la accesibilidad del Minutes sin necesidad de caer en el ridículo. Un discazo tan bueno que puede competir con cualquiera de sus mejores obras sin problemas, yo estoy tan enganchado como al Minutes, no se lo que me durará ya que esto es de consumo rápido, pero el disfrute hasta el momento es máximo.
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