martes, 19 de junio de 2012

THE HIVES (2012) Lex Hives

 

Mi historia con los The Hives es la típica historia de amor-odio. Tube la mala suerte, por decirlo de alguna manera, de verlos en directo en el 2000 con su impresionante Veni, Vidi, Vici y por ello les cogí una manía de la que no he podido deshacerme durante todos estos años. Su impecable puesta en escena y su uniformidad a la hora de vestirse, todos con frac, me dejó extasiado durante los primeros temas, pero a medida que la cosa avanzaba una chulería y una prepotencia de lo más pedante se iba habciendo más evidente. 

 
 
Una banda que se define a si misma como la mejor del planeta, dice mucho de su personalidad. Pero impresiones a parte, hay que admitir que lo de los The Hives ni tiene, ni tubo desperdicio alguno desde su creación a finales de la década de los 90. Todos y cada uno de los discos que nos ha ido dejando este combo sueco de punk-rock garagero es tan disfrutable que es cierto que hay pocas bandas en el estilo que les puedan hacer sombra, y eso contando que la separación natural entre sus discos está entre 4 y 5 años.

 
 
De nuevo, y como bien nos tienen acostumbrados, los 12 temas contenidos en este fresquísimo Lex Hives son hitazos instantáneos que harán mover tu cuerpo de manera espasmódica y sin remedio, sumiendonos ese peculiar mundo festivo y despreocupado que tan bien saben representar los The Hives a través de sus vibrantes composiciones. Lex Hives ha sido grabado a dos aguas entre varios estudios de Suecia y alguno de California sin que por ello se haya visto repercutido ni en el sonido, ni en la potencia, ni en el gamberrismo, que cada una de las canciones del disco muestra de manera  exultante. Cantado, tocado, producido, arreglado, ensayado, interpretado, imaginado, realizado, ideado y conceptuado por The Hives, esto es un ego-trip total.

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