martes, 5 de junio de 2012

PENNYWISE (2012) All Or Nothing


Después de disfrutar de uno de los fines de semana más felices de mi vida musical, el resumen del Primavera que tenéis colgado en este blog puede dar buena fe de ello, toca volver a la realidad diaria, trabajo, casa, rutina, y demás. Aunque dentro de esa rutina se encuentra el espacio diario que me ocupan las Pídoras Musicales y aquí está vuestra adictiva dosis diaria musical como está mandado.



Muchos discos interesantes han caido estos días, cosas que irán cayendo por aquí durante la semana, pero quizás lo que más buen rollo me ha dado y mayor inyección de ganas y energía me ha supuesto ha sido lo nuevo de los míticos Pennywise. Bien es cierto que Pennywise se puede colgar el título de una de las más activas y veteranas bandas del punk-rock noventero, para mi hardcore melódico del de toda la vida, y eso es algo que nadie lo puede discutir. Discos tan emblemáticos como el About Time o el fatídico Full Circle son pesos pesados indiscutibles de ese estilo que ellos mismo ayudaron a popularizar, pero también es cierto que, sin entregar ningún disco notablemente malo en toda su carrera, el interés por ellos ha ido decreciendo poco a poco.



Nos encontramos en el 2012, y después de haber despachado a su cantante de toda la vida, Jim Lindberg,  contratar para una gira mundial al cantante de Ignite, Zoli Tetglas, y convencer a medio mundo de que todavía tienen mucho caña que darle a los escenarios y al género es cuestión, ha llegado el momento de comprobar si la química mostrada en el escenario por la banda y su nuevo vocalista podía a llegar a buen puerto en estudio.



La conclusión es que estamos, sobramente, ante el disco más dinámico, fresco y habilidoso de la banda en eonoes. Y ni mucho menos se le tiene que a agredecer todo a Zoli, aunque estoy seguro que la entrada de Zoli a la banda ha sido todo un acierto contagiando a todos de sus ganas y su compromiso, la banda suena más compacta y ágil que nunca llevando el hermetismo insalvable de su estilo hasta cotas de calidad inauditas.



Sin miedo a volver a hacer lo mismo por enémisa vez, algo que siempre es peligroso ya que todo se compara siempre con lo mejor de la banda ya que todo es igual, su nuevo retoño respira aires renovados y eso siempre es de agradecer, parece ser que el inmovilismo de Jim ha sido sustuido por la pasión y la fuerza de Zoli que se ha visto trasladada de manera brutal a las composiciones de una banda en uno de sus mejores picos de creación. Inesperado y por ello mejor.

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