Ishahn es, bajo mi punto de vista, uno de esos visionarios y líderes musicales capaz de transgredir estilos y limítes, de la misma manera que lo hace un Steven Wilson o un Mikael Akerfeldt, pero que, quizás por salir de un estilo tan cerrado como es el black metal y estar condenado por ello hasta el fin de sus días al underground más desagradecido, nunca se le de el merecido reconocimiento a su impagable trabajo. Tanto al frente de los reverenciales Emperor, como en su carrera en solitario en la que suman ya cuatro discos contando con este recién estrenado Eremita siempre ha demostrado estar muy por delante sus coetáneos, algunos estancados de por vida en un estilo.
Las inquietudes musicales de Ihsahn siempre lo han llevado a crear obras únicas e imcomparables, dato que hace harto complicado valorar sus obras entre si ya que cada una se erige con una personalidad propia que la hace tan sorprendente como la anterior, pero si os voy a decir es que Eremita sigue la progresión natural del anterior After. Sin necesidad de parecerse a éste, Eremita explora los caminos abiertos en After para perderse aún más en las progresiones pseudo-jazzísticas, las melodías experimentales, y elaborados apoyados en un preciosismo musical arrebatador.
Otra de las evidentes progresionaes del disco, con respecto al anterior, es la mayor utilización que hace Ihsahn de sus vocales limpias, cada vez más evidentes en sus discos y con un protagonsimo más importante en este Eremitia, refrescando así de manera brutal las partes gritadas y oscuras haciendo un evidente cambio de tercio, luz-oscuridad, en los cambios de registro. El disco está plagado de colaboraciones estelares pero quizás las más importantes, o más decisivas en el disco, sean las de dos de los componentes de Leprous.
El vocalista de la banda, Einar Solberg, presta sus atributos vocales en Arrival, y Tobias Ørnes Anderson se luce a placer detras de la batería en todos los temas del disco. Entre los colaboradores encontramos nombres ilustres como el de Devin Townsend, que hace una tímida aparación en Introspection, Jeff Loomis, quien despliega sus habilidades a la guitarra en Catharsis o Heidi Tveitan, con sus preciosas vocales en Departure. Sin olvidarnos de la impagable aportación al saxo de Jörgen Munkeby de Shining, quien le aportada un sello de calidad único al disco. Otro de los discos más destacados del año.
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