El power-trío más dinámico y progresivo del rock de los 70, 80, 90 y 2000's vuelve a la carga, aunque en realidad nunca se fueron por si alguno no lo sabía, para entregarnos su veinteavo álbum de estudio en una carrera profesional que se expande ya más de 40 años y demostrar que su leyenda no es algo que se tenga que tomar a la ligera, todavía son capaces de muchas y grandiosas cosas y este Clockwork Angels es, de la misma manera que los son sus dos discos anteriores, una indiscutible muestra de ello.
Alex Liffeson, Geedy Lee y Neil Peart han pasado mucho juntos, y siguen pasando aunque están en uno de sus mejores momentos, pero la desgracia siempre se ha ensañado con ellos de la misma manera que lo ha hecho la crítica y la escena en general. Nunca los han sabido posicionar en ninguna en concreto y sus contínuos cambios de estilo tampoco han ayudado nunca a ello. Pero parece que por fin se les ha de reconocer el mérito, ahora que bandas importantes de la actualidad los citan como una influencia directa, más vale tarde que nunca.
Hacía muchos años que el combo canadiense no se decidía a retomar el carácter conceptual de sus discos, y ha tenido que ser precisamente con el número 20 que han vuelto a hacerlo. Girando entorno a una historia fantástica escrita por Neil, quien ha sacado la inspiración de algunos de los libros que ha estado leyendo estos últimos años, el disco está íntimamente relacionado con el tema de la cultura steam-punk.
Metiéndonos de lleno en el disco podemos comprobar como la técnica y la calidad de la banda sigue sin tocar techo y de nuevo vuelven a sorprendernos los tres con un nivel de camaraderia y profesionalidad prácticamente inalcanzable. Geedy es una máquina latente al bajo capaz de producir los sonidos más plácidos y groovies que han salida jamás de ese intrumento, Alex siguen convirtiendo sus notas y desarrollos en viajes musicales a través del espacio-tiempo como nadie, y Neil es simple y llanamente de otro planeta, ningún ser humano es capaz de tocar la batería como él, nadie. Insuperables e intratables y posiblemente uno de los pocos discos en su haber capaz de mirar cara a cara al mastodóntico Moving Pictures.
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